miércoles, 17 de junio de 2015

Lactancia materna y salud oral en los primeros meses de vida.

La lactancia materna ofrece beneficios importantes tanto para la madre como para el recien nacido. El amamantamiento favorece el crecimiento y el desarrollo del bebé desde el punto de vista nutricional, inmunológico y afectivo: y en lo que se refiere a la salud oral, promueve un desarrollo correcto de la respiración nasal la mordida y la deglución, ayuda a prepara al niño ara el desarrollo del lenguaje, facilita la salida de los dientes y mejora la alineación de los mismos. 

En los reciém nacidos, la mandibula es mucho mas pequeña que el maxilar superior y está situada hacia atrás. La lactancia materna genera estimulos que promueven el crecimiento de la mandíbula y ayudan a prevenir el desarrollo de anomalías en los dientes y la cara. Cuando el bebé toma el pecho, el borde anterior del maxilar superior esta apoyado contra la superficie del pezón para estimular la salida de la leche. La succión requiere un esfuerzo muscular, con movimientos cordinados de los músculos de la boca, la garganta y el paladar. Al ejercitar los músculos de la boca, la garganta y el paladar. Al ejercitar los musculos encargados de la masticación, la posición de la mandíbula avanza hacia delante. Por otra parte, durante la lactancia el bebé se ve obligado a respirar por la nariz, porque de lo contrario soltaria el pezón. 
A diferencia de lo que sucede con el uso del biberón, que exige movimientos de la lengua para controlar la cantidad de la leche, la lactancia materna favorece la colocación correcta y natural de la lengua. 
Según la organización mundial de la salu, la frecuencia de casos de maloclusión (problemas de la morida) es del 70 al 80% y se ha demostrado que la lactancia materna reduce considerablemente dichos problemas. 

La lactancia materna disminuye el riesgo de contaminación con microorganismos que favorecen la formación de caries; y gracias al aumento de la producción de saliva, permite mantener un ambiente adecuado en la boca que ayuda a disminuir la incidencia de caries. 
Asimismo, al no usar el biberón se evitan las caries propiciadas por la ingestión de leche azucarada y otros alimentos dulces. Al aumentar las defensas del organismo, la lactancia evita las alergias e infecciones de las vias respiratorias, las cuales pueden inducir a la respiración bucal. La composición de las grasas de la leche materna y la mayor absorción de calcio y flúor aumenta la resistencia del esmalte dental, es decir, la capa que recubre los dientes, y los demás tejidos duros de los dientes. 

La madre deber ser muy cuidadosa con la higiene oral del bebé; después de alimentarlo, es aconsejable limpiarle las encías con una gasa húmeda. La higiene adecuada del pezón tambien es importante. 
Despues de la salida del primer diente se recomienda suprimir en forma gradual la lactancia materna, especialmente durante la noche, ya que debido a que hay una menor cantidad de saliva en la boca, la suceptibilidad a las bacterias que causan las caríes es mayor.

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