Los medicamentos que
se utilizan para tratar el cáncer, conocidos como agentes quimioterapéuticos,
además de destruir las células cancerosas, lesionan las células normales del
organismo, incluyendo las de la cavidad oral. Estos fármacos producen efectos secundarios
en las encías, los dientes, las glándulas salivales y los tejidos blandos de la
boca. Los pacientes que se someten a quimioterapia pueden presentar síntomas
tales como dolor en las encías, dificultad para comer y para hablar, sequedad
en la boca, ardor e inflamación en la lengua y alteraciones del sentido del
gusto.
Adicionalmente, estos medicamentos bajan las defensas del organismo y
aumentan la predisposición a infecciones por virus, bacterias u hongos. En
algunos casos, los síntomas pueden ser tan severos, que es necesario
descontinuar el tratamiento.
Cuando la higiene
oral es deficiente, la incidencia de estas complicaciones es mucho mayor. Antes
de iniciar el tratamiento para el cáncer es muy importante la detección precoz
de las lesiones de la boca y la estabilización de la salud oral. Lo ideal es
que el paciente sea evaluado por un equipo especializado en oncología oral, si
es posible un mes antes de comenzar la quimioterapia. Es fundamental una buena
comunicación entre los médicos tratantes y el odontólogo, para que desarrollen
conjuntamente un plan integral de atención que incluya el tratamiento de las
lesiones de la mucosa, de las caries, de la enfermedad periodontal, de las
alteraciones en la saliva, y si es necesario, la corrección de las prótesis y
coronas mal adaptadas y el tratamiento de conductos.
Las medidas
preventivas incluyen una alimentación adecuada y una buena higiene oral. Es
aconsejable usar un cepillo suave y seda dental, y hacerse enjuagues con ¼ de
cucharadita de bicarbonato de sodio y ¼ de cuharadita de sal disueltas en un
litro de agua. Se recomienda beber abundante agua con el fin de mantener la
boca húmeda, consumir alimentos blandos tales como cereales, purés, huevos
revueltos y sopas, y masticarlos lentamente. Se debe evitar el uso de palillos
dentales, el consumo de alimentos ácidos, condimentados, duros, crocantes, o
muy calientes, así como del alcohol y el tabaco. Tampoco se recomienda ingerir
azúcar, ya que puede generar caries dentales. Si el paciente presenta cualquier
síntoma, debe avisarle inmediatamente al odontólogo.
Cuando se requieren
tratamientos invasivos, como extracciones dentales, es conveniente que el
paciente reciba antibióticos preventivos, sobe todo si tiene un catéter venoso
central, con el fin de evitar el riesgo de infecciones y de una posible
endocarditis bacteriana.